Inglaterra,(EFE).- El príncipe Enrique, hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido, fue víctima del pirateo de su teléfono móvil por parte de tabloides del grupo Mirror, por lo que debe recibir una indemnización de 140,600 libras (unos 163,096 euros), dispuso este viernes un juez del Tribunal Superior de Londres.
El magistrado Timothy Fancourt indicó que el teléfono personal del duque de Sussex fue pirateado entre los años 2003 y 2009 y que 15 de un total de 33 artículos sobre su vida fueron redactados a partir de información obtenida a través de pinchazos.
El duque de Sussex, hijo de Carlos III y la fallecida Diana de Gales, había iniciado un proceso legal contra el Mirror Group Newspapers (MGN), al que acusó de haber incurrido en prácticas dudosas como interceptar de manera ilegal teléfonos a fin de obtener información y vender periódicos.
Los artículos «fueron resultado del pinchazo de teléfono, o el producto de otra recopilación de información ilegal», dijo el juez, quien reconoció que la cifra de compensación es modesta, pero refleja el daño experimentado por el príncipe por las acciones del Mirror.
«Observé que 15 de los 33 artículos juzgados fueron producto de la piratería de su teléfono móvil o de los teléfonos móviles de sus asociados, o el producto de otra recopilación ilegal de información. Creo que su teléfono fue pirateado sólo de forma modesta y que probablemente fue controlado cuidadosamente por ciertas personas en cada periódico», agregó.
«Sin embargo, sucedió en ocasiones desde finales de 2003 hasta abril de 2009 (la fecha del último artículo que examiné). En su testimonio, el duque tendía a asumir que todo lo publicado era producto de la interceptación del correo de voz porque la piratería telefónica estaba muy extendida en Mirror Group en ese momento», señaló el juez.
Tras conocerse el fallo, un portavoz de MGN dijo que reciben «con satisfacción el fallo de hoy, que da a la empresa la claridad necesaria para avanzar respecto a acontecimientos que tuvieron lugar hace muchos años. Cuando se produjeron irregularidades históricas, pedimos disculpas sin reservas, asumimos toda la responsabilidad y pagamos una compensación adecuada».
El pasado junio, el príncipe, que reside en EEUU, había comparecido como testigo ante el tribunal, al que afirmó que las acciones de los tabloides para obtener exclusivas le generaron «paranoia» y «desconfianza» y tuvieron un impacto en «todas las parcelas» de su vida, desde la seguridad hasta las relaciones.
El grupo MGN publica los rotativos «Sunday Mirror», «Daily Mirror» y Sunday People», y la demanda abarcaba el periodo entre 1995 y 2011, cuando se publicaron numerosos detalles de su vida, obtenidos supuestamente a partir de medios ilegales.
La comparecencia del príncipe en el tribunal provocó una gran atención mediática al haber sido el primer miembro de la familia real británica en más de cien años que prestaba declaración en persona ante una corte británica.
El príncipe llegó a acusar a los tabloides de haber «incitado al odio y al acoso» en su vida privada en un documento escrito.
Los abogados del grupo Mirror, por su parte, calificaron las denuncias de «exageradas» y que las pruebas presentadas no habían podido demostrar ni un solo ejemplo de haber sido pirateado.