Ciudad del Vaticano. -Fue como si ella misma nos condujera a este momento histórico”, expresó con profunda emoción Manuel Alejandro Grullón Hernández, uno de los cuatro peregrinos dominicanos que portaron la imagen de la Virgen de la Altagracia hasta Roma, en una travesía de fe que culminó con el cruce de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en pleno Jubileo 2025.
La llegada de la Virgen Peregrina, tras recorrer 200 kilómetros a pie por la Vía Francígena, coincidió con un momento de especial trascendencia para la Iglesia Católica: el anuncio del nuevo Papa. Para Grullón, la sincronía no fue casualidad, sino un poderoso símbolo de renovación espiritual.
“La emoción de cruzar la Puerta Santa con La Peregrina fue inmensa”, afirmó. “Pero verla en Roma justo cuando se anuncia un nuevo Papa fue una señal profunda de esperanza”.
El cruce por la Puerta Santa no solo marcó el cierre simbólico de una peregrinación sin precedentes, sino también el inicio de una nueva etapa para la Iglesia universal, bajo la atenta mirada de la Virgen de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano.