Santo Domingo. – El empresario Antonio Espaillat, gerente de la discoteca Jet Set, aseguró que no eludirá su responsabilidad frente a la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril, que ha dejado al menos 232 personas fallecidas tras el colapso del techo del establecimiento durante una fiesta.
En una entrevista con la periodista Edith Febles para el programa El Día, Espaillat afirmó que se mantendrá presente y colaborando en todo lo que esté a su alcance. “Estoy aquí y voy a dar el frente a todo. No voy para ningún sitio”, dijo al referirse a su disposición de mantenerse en el país y responder ante las investigaciones en curso.
Espaillat explicó que ha sostenido reuniones con los familiares de los seis empleados que fallecieron la noche del evento, así como con allegados de otras víctimas. Precisó que esa noche había unos 25 empleados en el lugar, algunos de ellos contratados solo para esa jornada.
El empresario señaló que los encuentros con las familias han estado enfocados en brindar apoyo y asegurarles su acompañamiento. También mencionó que ha conversado con tres familias directamente afectadas —dos de personas fallecidas y una de un herido— y que hasta el momento ninguna ha expresado intención de emprender acciones legales en su contra.
Visiblemente afectado, expresó que no ha podido dormir desde que ocurrió el colapso. “Tengo un dolor muy grande y lamento en el alma todas las pérdidas. Nunca hubiera querido que esto pasara. Yo mismo quiero saber qué fue lo que ocurrió”, manifestó.
Recordó que el Jet Set era parte esencial de su vida y la de su familia, un proyecto iniciado por su madre cuando él tenía seis años. “Fue nuestro sustento, nuestro todo. Nunca imaginamos algo así. Entiendo sobremanera el dolor de todos”, dijo conmovido.
Hasta la fecha, las autoridades han confirmado la presentación de al menos cuatro querellas en su contra, mientras avanza la investigación dirigida por el Ministerio Público, que podría extenderse durante los próximos tres meses.
El desplome del Jet Set, ocurrido durante una fiesta encabezada por el merenguero Rubby Pérez —quien figura entre las víctimas—, ha sido catalogado como una de las peores tragedias en la historia reciente del país, generando un duelo nacional y múltiples manifestaciones de solidaridad dentro y fuera del país.